Estilo de vida | Por: Redacción |
¿Tortilla de patata con o sin cebolla? ¿Pizza con piña o sin piña? ¿Colacao o Nesquik? Los debates en torno a la comida pueden llegar a convertirse en encarnizadas batallas e instrumentos de presión política tan potentes como los bloqueos económicos de Trump a China o las presiones a Corea del Norte. Vitrocerámica, inducción o gas es la peor pregunta que puedes hacerle a un grupo de cocineros. Rápidamente se armarán de ventajas y desventajas para entrar en un encarnizada batalla que puede dejar atrás muchos heridos si se enteran que todavía existe quiénes usan el fuego eléctrico, el Internet Explorer de la cocina. |
Si eres de los que ya ha cometido el error de preguntar, y no quieres volver a escuchar como el gas aporta un sabor especial a los platos, cómo limpia tu vecino su vitrocerámica y que Manolo tiene las mejores vitrocerámicas de inducción del mercado, este artículo está hecho para ti.
Ventajas y desventajas de las placas de inducción, vitrocerámicas y gas
"Las placas de inducción son idóneas para los que apenas tienen tiempo para comer, por su rapidez", comenta Patricia Martín, de Fagor Industrial. "También para familias numerosas o con hijos pequeños, ya que se mantienen frías y no hay posibilidad de quemarse una vez se haya dejado de usar 'el fuego' ".
"Mientras que las cocinas de gas siguen siendo las favoritas y la mejor opción para los profesionales, pequeños bares que usan puntualmente los fuegos o restaurantes de baja capacidad han empezado a adoptar las placas de inducción, son más seguras, eficientes y fáciles de limpiar. No existe riesgo de incendio porque la campana extractora salga ardiendo, y los riesgos laborales disminuyen considerablemente al bajar las probabilidades de que el cocinero sufra una quemadura".
"Lo que es bueno para las cocinas industriales no lo es en absoluto para las caseras" nos transmiten desde el departamento de comunicación de Balay, que recomiendan las placas de inducción como la mejor opción para los hogares. "La inducción electromagnética no requiere de fuego ni fuentes de calor para el cocinado de los alimentos. Consiste en la generación de un campo magnético que, en contacto con una sartén u olla metálica apta para inducción, calienta esta generando así la suficiente energía para asar alimentos. Es segura, limpia y rápida".
"Sin duda la inducción es la principal opción de los consumidores, engloba el 90% aproximadamente de nuestras ventas de la gama de electrodomésticos" nos hacen llegar desde la línea Home de Bosch. "Pero será únicamente el cocinero quién termine por decidir, si lo que busca es un uso extensivo del fuego, o las propiedades que éste pueda aportar a los alimentos, recomendamos el gas; si busca seguridad, vitrocerámicas; y si busca rapidez, inducción".
Patricia Martín, de Fagor Industrial, cree que el futuro de las vitrocerámicas está en peligro. "Las placas de inducción, aunque el doble de caras, parecen aportar todo beneficios. Las hay programables, con sistemas para que no se queme el aceite, con temporizadores, etc. Puedes poner un guiso al fuego y olvidarte de él teniendo por seguro que el fuego se apagará cuando haya terminado de hacerse".
Sin embargo, cuando la preguntamos por equipos profesionales, titubea antes de terminar por declarar ganador al gas. "Si hablamos de una actividad de restauración, el gas predomina en el mercado, y no precisamente por sus propiedades culinarias. Permite tener el piloto encendido durante el servicio, teniendo a disposición del cocinero una fuente de calor casi instantánea y fácil de controlar. Al no requerir de energía eléctrica, puede considerarse eficiente, y, lógicamente, consume menos de lo que podría consumir una placa o vitrocerámica encendida durante horas".
"Mientras que las cocinas de gas siguen siendo las favoritas y la mejor opción para los profesionales, pequeños bares que usan puntualmente los fuegos o restaurantes de baja capacidad han empezado a adoptar las placas de inducción, son más seguras, eficientes y fáciles de limpiar. No existe riesgo de incendio porque la campana extractora salga ardiendo, y los riesgos laborales disminuyen considerablemente al bajar las probabilidades de que el cocinero sufra una quemadura".
"Lo que es bueno para las cocinas industriales no lo es en absoluto para las caseras" nos transmiten desde el departamento de comunicación de Balay, que recomiendan las placas de inducción como la mejor opción para los hogares. "La inducción electromagnética no requiere de fuego ni fuentes de calor para el cocinado de los alimentos. Consiste en la generación de un campo magnético que, en contacto con una sartén u olla metálica apta para inducción, calienta esta generando así la suficiente energía para asar alimentos. Es segura, limpia y rápida".
"Sin duda la inducción es la principal opción de los consumidores, engloba el 90% aproximadamente de nuestras ventas de la gama de electrodomésticos" nos hacen llegar desde la línea Home de Bosch. "Pero será únicamente el cocinero quién termine por decidir, si lo que busca es un uso extensivo del fuego, o las propiedades que éste pueda aportar a los alimentos, recomendamos el gas; si busca seguridad, vitrocerámicas; y si busca rapidez, inducción".
Patricia Martín, de Fagor Industrial, cree que el futuro de las vitrocerámicas está en peligro. "Las placas de inducción, aunque el doble de caras, parecen aportar todo beneficios. Las hay programables, con sistemas para que no se queme el aceite, con temporizadores, etc. Puedes poner un guiso al fuego y olvidarte de él teniendo por seguro que el fuego se apagará cuando haya terminado de hacerse".
Sin embargo, cuando la preguntamos por equipos profesionales, titubea antes de terminar por declarar ganador al gas. "Si hablamos de una actividad de restauración, el gas predomina en el mercado, y no precisamente por sus propiedades culinarias. Permite tener el piloto encendido durante el servicio, teniendo a disposición del cocinero una fuente de calor casi instantánea y fácil de controlar. Al no requerir de energía eléctrica, puede considerarse eficiente, y, lógicamente, consume menos de lo que podría consumir una placa o vitrocerámica encendida durante horas".