La complicada y vaga legislación europea entorno al etiquetado de este tipo de productos ha llevado a la confusión de las marcas, que en muchas ocasiones, llegan a clasificar sus productos dentro de todas las categorías, arrastrando consigo al consumidor. En una encuesta realizada a pie de calle por el Equipo de The Traveller Cook, 6 de cada 8 participantes no sabían distinguir entre un producto orgánico y otro ecológico, y 4 de cada 10 consideraban ambos términos como sinónimos.
Productos Orgánicos vs 'Bio' Son dos de los términos que más dudas y confusión causa entre los compradores. Debes saber que la adquisición de un producto bajo cualquiera de estos etiquetados supone el consumo de un alimento para cuya producción no se han usado elementos químicos artificiales o pesticidas. Es decir, únicamente se han empleado elementos de origen natural, orgánicos, para su producción (abono procedente de los deshechos animales, colorantes de origen vegetal, etc.). Si bien ambos comparten definición, la diferencia se encuentra en los organismos modificados genéticamente. Los OMG se obtienen mediante la alteración del ADN de un organismo a través de la inclusión de material genético de otra especie, de modo que pueden obtenerse alimentos más resistentes a las enfermedades e incluso a ciertas plagas concretas, con mayor capacidad de cultivo o mayor adaptabilidad a climas extremos. Entonces, ¿Puede un producto orgánico ser modificado genéticamente? sí, siempre y cuando haya sido cultivado mediante las técnicas arriba citadas, pues no han sido usados químicos artificiales para su modificación, sino genoma. ¿Puede un producto orgánico modificado genéticamente ser 'bio? No. La regulación para este etiquetado recoge que, además de ser productos orgánicos, éstos no han podido sufrir ninguna alteración de ningún modo. Por lo que un producto 'bio' puede etiquetarse también como 'orgánico', pero éste último no tiene por qué ser necesariamente 'bio'. Productos ecológicos vs sostenibles Cuando hablamos de productos ecológicos nos referimos a aquellos que han tenido que pasar todas las fases de producción y desarrollo en la naturaleza, sin ningún tipo de interferencia artificial. Es decir, una hortaliza ecológica ha debido de nacer de una semilla considerada ecológica, en una tierra y aguas sin contaminantes ni químicos artificiales y con la carencia total de fertilizantes o pesticidas, de forma que se haya formado completamente según sus ciclos naturales. Si nos referimos a un producto sostenible, nos referimos a aquél como principal objetivo el bienestar de las personas, pero sin dejar de lado el respeto a la naturaleza. Por tanto, un cultivo sostenible enfatiza que los agricultores y productores puedan vivir de ello para así potenciar la economía de la zona donde se desarrolla. Por lo tanto, si bien un producto ecológico puede ser sostenible, un producto sostenible no tiene por qué ser necesariamente ecológico. Este término podría englobar a todos los etiquetados anteriormente vistos, pero no todos tiene por qué ser 'bio', 'eco' u orgánicos.
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
|