El lanzamiento de la edición limitada LA SALVE Carola tiene como objetivo rendir homenaje a un emblema de Bilbao, símbolo de la historia de la ciudad vinculada a la industria y a la mar.
Alianza LA SALVE - Itsasmuseum Bilbao
En la presentación de LA SALVE Carola que ha tenido lugar esta mañana, Jon Ruigomez, Director de Itsasmuseum Bilbao, ha señalado que “la promoción de y la puesta en valor nuestro patrimonio es motivo de orgullo”. Por su parte, Eduardo Saiz Lekue, director de cervezas LA SALVE ha destacado que “la recuperación de LA SALVE ahora hace 5 años tenía como misión recuperar una industria cervecera local para generar riqueza local comprometida con el entorno. Está edición de LA SALVE es un paso más en esa dirección”. En la presentación de esta mañana también ha estado presente Txarly Romera, al frente de la hostelería de Itsasmuseum.
Utilizada en la construcción de embarcaciones por Astilleros Euskalduna, Carola tiene una altura de 60 metros y es una grúa cigüeña de 30 toneladas construida en los Talleres de Erandio, S.A. en 1957. En su momento fue la grúa de mayor potencia de las fabricadas en España, y en la actualidad, es una de las obras más importantes de la colección de Itsasmuseum Bilbao y permanece frente a este como testigo de la transformación de Bilbao, ya que vivió los dos últimos grandes periodos históricos de la villa: la del esplendor de los astilleros bilbainos desde mediados de los años 50 del pasado siglo, y la de la modernización de la ciudad a partir de los 80.
Kilómetro 0
LA SALVE tiene interés en producir cerveza que se abastezca de materias primas (malta, lúpulo y levadura) cercanas. Para ello, actualmente dispone de uno de los componentes de la cerveza, la malta, puesto que Álava es una importante productora de cebada maltera. Un uso que se ha duplicado en 2 años: si en 2017 en LA SALVE se utilizaron alrededor de 410.000 kg de cebada 100% alavesa, en 2019, la cantidad llegó a los 950.000 kilogramos.
Otra de las materias primas importantes en la producción de cerveza es el lúpulo, que hoy por hoy no se produce de manera comercial en Euskadi. En este sentido, la introducción de esta especie vegetal, podría suponer una diversificación de cultivos muy positiva para el sector agrícola vasco. El lúpulo es un cultivo perenne que requiere de una alta inversión inicial, pero que también puede suponer una importante fuente de ingresos. Por ello LA SALVE, en colaboración con el Gobierno Vasco, NEIKER y la Asociación de productores vascos de cerveza Euskal Garagardo Elkartea (EGE), colabora en el proyecto de recuperación de lúpulo local, LUPULUS, con una plantación experimental en Berantevilla (Álava). Por el momento, las cantidades no posibilitan una elaboración masiva de cerveza; por eso, el acuerdo alcanzado en noviembre de 2019 con Hopsteiner garantiza un origen cercano de todo el lúpulo que llegará a la fábrica de LA SALVE en Bilbao y que tiene su origen en La Rioja, concretamente en esta plantación de Cirueña, de la que actualmente se nutre la cervecera vasca.
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