Estandarte de las abuelas, bandera del Millenial y el escudo de Elena Cañizares. La crisis del coronavirus dispara la venta de este invento que lleva formando parte de nuestra vida y cultura 8 décadas.
Cuando el químico Earl Silas Tupper presentaba su 'tazón maravilla' en 1947 puede que fuera consciente del potencial éxito de su invento, pero nunca llegó a pensar que la palabra táper fuera a formar parte de nuestro vocabulario; e incluso fuera recogida por la RAE para referirse no sólo a los recipientes de su marca, Tupperware, sino a todo soporte con cierre hermético utilizado para transportar alimentos.
El táper nacía como un invento revolucionario que prometía a la 'ama de casa' acabar con el desperdicio alimentario y ordenar mejor sus neveras. Se vendía en ociosas reuniones, mucho más pacíficas que el piso de Elena Cañizares, dónde un grupo de mujeres se reunía, con copa de vino en mano, mientras su anfitriona se dejaba la piel por convencer a éstas de los beneficios del invento. ¿Qué mejor que la propia usuaria para vender el producto? Pese a que fuera el equipo de marketing de Tupperware quien se apropiara de la invención de un modelo de negocio que fue después imitado por Mary Kay, vendedores de seguro y aspiradoras; fue Brownie Wise quién en realidad vio la oportunidad en este tipo de eventos. Precursora -sin saberlo- del tupper sex, esta madre soltera y luchadora de Detroit buscaba acabar con la insalubre costumbre de tapar los platos de comida sobrante con gorros de ducha. Ávida organizadora de reuniones sociales, Wise comenzó a introducir entre sus amistades el táper, enfatizando que el uso de complementos de baño se quedara, en exclusiva, para el cuarto de aseo. Tan solo un par de años después, la empresa lanzaba su línea de ventas Tupperware Home Parties de la que Wise se convirtió en gerente general de ventas en un tiempo en el que el éxito solía ser arrebatado de las manos de las mujeres. En 1958 Wise había logrado que el tupper fuera un elemento indispensable en los hogares de clase media-alta estadounidenses y había llegado al puesto de Vicepresidenta de Tupperware Home Products. La marca de fiambreras comenzaba a ser portada de medios y revistas, y Brownie la cara mediática de la marca. Fue en este instante cuando la junta directiva, formada por hombres en su totalidad, decidió despedir a la mujer que llevó al éxito su marca el país de los 'hombres libres'. Pese a ser un producto dirigido principalmente para mujeres, no creían conveniente que una de ellas fuera la imagen de un producto inventado por uno de ellos. De la fiambrera al 'batch cooking' Cuando le dije a mi abuela que cocinar los domingos para toda la semana se llamaba 'batch cooking', lo siguiente que vi fue una mano abierta contra mi cara. Y es que, todo vuelve. En una sociedad de la inmediatez, en el que cada segundo cuenta, cada minuto esperas un resultado, un estímulo productivo, el comer ha quedado relegado a un segundo plano. Comer un pintxo de tortilla de patata en el bar de abajo, una ensalada rápida de cualquier cadena, un bocata e incluso un sándwich es una de las prácticas más habituales e insalubres entre aquellos que formamos parte de la generación Millenial. Fueron estas brillantes mentes, testigos de la revolución tecnológica de finales del siglo XX y comienzos del XXI, quiénes popularizaron hace un par de años una práctica ancestral. Cocinar un día de la semana para toda la semana. No se sabe si inspirados por los programas de Jamie Oliver o por las reuniones de domingo en casa de los abuelos, pero lo cierto es que ésta práctica ha vuelto a popularizar el casi extinto táper después de que en 2003 fuera sustituido por la aparición de las bolsas de vacío y envasadoras. El tupper en tiempos de Covid-19 El pasado viernes, el diario inglés Daily Mail reflejaba entre sus noticias de actualidad el aumento del 35% del uso de la fiambrera entre sus habitantes. Los constantes cierres de la hostelería, confinamientos, la popularización del servicio delivery y las limitaciones horarias han provocado que el 'batch cooking' sea ya una práctica habitual entre los jóvenes, que ya no encuentran en el bar de la esquina ni en la cadena de comida rápida su respiro de 30 minutos. La crisis del Covid-19 ha dejado una estela de muertes, infecciones, crisis económicas y oportunidades de negocio también. Pese a que divulgadoras como Gemma del Caño se resistan al 'batch cooking' y te enseñen a cocinar en 10 minutos con una lata de alubias y almejas congeladas, Tupperware ha registrado en el último trimestre 26 millones de libras de beneficios en Reino Unido. Todo ello debido a la popularidad que ha vuelto a adquirir el invento de Earl Silas Tuper, que sin Brownie Wise, probablemente nunca hubiera llegado a estar presente en más de 100 países de 5 continentes.
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