Tal y como vemos en la fotografía superior, comenzamos con un "tar-tar" de atún (entrecomillado porque para ser tar-tar los cubos de atún deberían de ser más pequeños) con salsa de mango, coronado con brotes de mostaza, un pétalo de pensamiento parece ser y la indispensable tierra de aceituna negra que ya empieza a ser algo cansina, omnipotente en nuestros restaurantes. El atún, crudo, como se espera de este plato, se sirvió a la temperatura correcta, fresco pero no demasiado frío. La salsa, le acompañaba perfectamente, así como el ligero picante de los aros de cebolla roja, que iban en su justa medida. Los brotes no aportan nada al plato más que simple decoración, al igual que la tierra negra utilizada para vestirlo.
El entrante frío da paso al caliente, croquetas de gambas con salsa de tomate seco. Las croquetas, muy sabrosas, rebozadas en panko, con un potente sabor a gamba y la bechamel ligera (me esperaba cualquier cosa después de la mala experiancia en el Hotel Gran Bilbao...), la salsa parecía ser una especie de "mojo", seguramente elaborada en thermomix triturando tomatitos confitados y secos con algo de sal, aceite y agua. Una salsa potente, que acompaña de maravilla al pescado y el marisco, así como a la carne y a fritos variados.
Seguimos el orden y coherencia propios de un menú y pasamos al pescado, sepia (se hubieran agradecido txipirones que son más de aquí y de temporada también) a la parrilla con teriyaki y ali-oli (mayonesa triturada con ajo más que ali-oli). Buen plato de casi diez, la sepia con el ali-oli es un clásico, con un toque asiático y a la parrilla gana más, cocinada en su punto, tierna y templada, no muy caliente, como debe ser. El alga, una vez más, no aportaba nada más que decoración (aunque en este plato tenga más sentido que los brotes en el anterior) y el ajito picado en crudo resultaba redundante, el plato ya lleva el ali-oli y añadir más ajo aún no es muy buena idea.
BAR RESTAURANTE KOKKEN: QUINTANA KALEA Nº3 (ANTIGUA PLAZA DEL GAS)
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