Granada es una ciudad hermosa, con una gastronomía rica en infinidad de matices mediterráneos, árabes, romanos y judíos entre tantas otras civilizaciones que han pisado alguna vez nuestra península. Edificios blanquecinos de arquitectura mozárabe se alzan al al pie de montañas con interminables hileras de olivos, fortalezas y Palacios Nazaries... Vamos a coger una sola tarde, después de la siesta, con el calor que hace en Granada es casi imposible visitarla antes de las séis de la tarde... Partiendo del centro vamos a perdernos entre... |
Aségurate de estar subiendo cuestas, por calles cómo la de la foto que abajo os muestro. Será nuestra seguridad de estar visitando el Albaicín. No seas tonto, no pierdas el tiempo que si sigues subiendo merecerá la pena. Pues el barrio mozárabe se fusiona con el de la judería y poco a poco, sin a penas darte cuenta, acabarás en Sacromonte.
Pedid una jarrita de sangría casera, no resultará cara, o tercios de cerveza Alhambra, que junto a vuestra consumición os sacarán una generosa tapa: pinchos andaluces/morunos, con unos gajos de tomate, aceitunas (de las de verdad, no de bote), un poquitín de romero y aceite de oliva (me atrevería a decir que por el sabor era virgen extra). Entre todas las tapas que nos sirvieron en nuestra estancia en Granada y Málaga (boquerones en vinagre, merluza al limón, pescaito frito, bacalao a la romana, lomo con crema de pimientos rojos y un largo etcétera), sin duda, ésta lidera el TOP10, seguida muy de cerca por los boquerones en vinagre caseros que pudimos disfrutar en el Centro Social de Maro, Málaga, que resulta ser el primer bar nada más entrar al pueblo. No lo penséis dos veces, si queréis comer fuera de casa, hotel, apartamento, etcétera, en Granada, lo mejor es ir de tapeo. Por menos de 15€ estarás cenado, sólo tienes que pedir una cañita, quintal o tercio y las tapas harán el resto. |