Mientras que en otros países esta necesidad vital es considerable hasta un lujo, en el primer mundo, y a causa de la globalización, se ha convertido en un mero trámite más para subsistir. Comprar o dejar de comprar carne o cierto tipo de aves, elegir el tomate en rama de un color rojo sangre y esfera perfecta, la fruta ya troceada despojada de su protección natural y envasada en plásticos... Son decisiones que cada día millones de personas toman en los supermercados, e influencian directamente en nuestra sociedad, economía y medio.
Comer es un acto político es un crudo análisis de nuestra sociedad y hábitos de consumo, así como de la desinformación y etiquetado de los productos buscando la confusión en el consumidor final para su éxito en ventas. Ducasse, apuesta por un modo de cultivo agroecológico, «que se basa en el cuidado de aquello humano como cuidado de la naturaleza. Cero residuos, simplemente se distribuye el excedente. No se pierde nada, todo se transforma. Nada de pesticidas y máquinas». Buscando así alejarnos de los modelos de explotación modernos que llegaron a nosotros a través de las revoluciones industriales, basados en la dominación de la naturaleza; para sustituirlos así por un modelo de producción sostenible y en armonía con el medio. «La agricultura productivista está sometida a la errática y especulativa ley de los mercados financieros, una ley ligada a la agroindustria, que aspira a uniformizar los gustos y así optimizar sus costes mediante las economías de escala y la globalización de sus mercados masivos». A lo largo de 168 páginas, con su segunda edición en España y más de 15.000 ejemplares vendidos en Francia, la obra del cocinero francés nos enseña a adaptar nuestras cocinas, profesionales y domésticas, a un estilo de vida diferente y completamente posible, que cada día se ve más desarrollado y ha sido foco de numerosos proyectos en megalópolis como Tokio y Nueva York, dónde ya existen producciones agrícolas urbanas capaces de proveer de alimento a estas grandes ciudades, sin la necesidad de la explotación de la naturaleza y contribución a la desertificación, que ya se ha extendido al más del 30% de los terrenos cultivables del planeta.
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