Crujientes y azucarados, untados en chocolate caliente o en una buena taza de café. No hay desayuno, merienda y remedio para la resaca más tradicional que los churros.
Si bien su origen sigue siendo desconocido y fruto de debate, son de 'consumo habitual' en España, Portugal, Francia y Bélgica. Es fácil encontrarlos en las antiguas colonias españolas de América Latina y Filipinas; y los últimos años se han popularizado en países tan lejanos como Estados Unidos y Japón. Posible origen del churro
Madrid, Málaga, Cataluña y Granada no son las únicas comunidades que se disputan el origen del churro, países como China o, lógicamente, Portugal y nuestros vecinos árabes aseguran ser ellos los impulsores del dulce.
Los chinos afirman que este característico plato de la street-food española proviene del youtiao, tiras de pan fritas, ligeramente saladas, consumidas habitualmente en el desayuno. Serían los colonos portugueses quienes habrían adaptado e introducido la receta en la Península Ibérica. |
Otra teoría sitúa su origen en la trashumancia. Los churros podrían haber sido una receta fácil y rápida de preparar en los calderos que los pastores cargaban a la montaña durante los largos meses que habitaban en ella, como sustituto del pan fresco, que a diferencia del churro, no necesitaba de horneado.
Una de las hipótesis más plausibles nos lleva hasta los tiempos de Al-Andalus, cuando la gastronomía árabe trajo consigo los buñuelos. Tratándose de la misma masa, no es descabellado pensar que, tras siete siglos de convivencia, se desarrollara una elaboración propia de la península, herencia de la cultura mozárabe.
"Es bastante difícil que el churro venga de China" apuntaba el historiador gastronómico Michael Krondl en una entrevista para El Confidencial. Según Krondl, "El churro tal y como lo conocemos hoy no es tan diferente de una receta de buñuelos hechos de harina y agua que ya se encuentra en un libro de cocina romano del siglo I a.C. En la cuenca mediterránea este tipo de comidas han existido, básicamente, desde siempre".
Una de las hipótesis más plausibles nos lleva hasta los tiempos de Al-Andalus, cuando la gastronomía árabe trajo consigo los buñuelos. Tratándose de la misma masa, no es descabellado pensar que, tras siete siglos de convivencia, se desarrollara una elaboración propia de la península, herencia de la cultura mozárabe.
"Es bastante difícil que el churro venga de China" apuntaba el historiador gastronómico Michael Krondl en una entrevista para El Confidencial. Según Krondl, "El churro tal y como lo conocemos hoy no es tan diferente de una receta de buñuelos hechos de harina y agua que ya se encuentra en un libro de cocina romano del siglo I a.C. En la cuenca mediterránea este tipo de comidas han existido, básicamente, desde siempre".
Ni churras, ni merinas. Ingredientes para docena y media de churros:
Fuera como fuese, el churro lleva siglos aquí, y ésto no va a cambiar. Junto a dos tazas de chocolate caliente buenos son la docena y media de churros que vamos a preparar con la siguiente receta:
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Elaboración:
Empezaremos haciendo una masa escaldada, para ello, en una cazuela, pondremos a hervir el agua junto a las dos cucharadas de aceite de oliva y la sal. Una vez el agua haya roto a hervir, añadiremos la harina, removiendo rápida y enérgicamente. La masa irá apelotonándose hasta dar como resultado una bola que se despega con facilidad de las paredes de la cazuela. Sigue un poco para secar más la masa, con cuidado que no se cueza.
Pon la masa en otro recipiente y déjala templar antes de meterla en una manga pastelera con boquilla rizada. Mientras, pondremos a calentar una sartén o cazo con abundante aceite. Una vez el aceite haya alcanzado una temperatura aproximada de 180ºC estará listo para freír los churros, vertiéndolos en el aceite directamente desde la manga. Pásalos por azúcar mientras aún están calientes para que éste se adhiera sin problema.
Pon la masa en otro recipiente y déjala templar antes de meterla en una manga pastelera con boquilla rizada. Mientras, pondremos a calentar una sartén o cazo con abundante aceite. Una vez el aceite haya alcanzado una temperatura aproximada de 180ºC estará listo para freír los churros, vertiéndolos en el aceite directamente desde la manga. Pásalos por azúcar mientras aún están calientes para que éste se adhiera sin problema.