Nada más aterrizar en el pequeño aeropuerto Ibn Batouta ya puedes sentir el Marruecos más original en las venas. Al igual que en la famosa escena de Casablanca, y muchas otras películas basadas en las puertas de entrada a África, tendrás que bajar del avión en medio de la pista y acercarte andando hasta las aduanas, pues rara vez te ponen bus a tu servicio. Tras rellenar el formulario de inmigración y traspasar las fronteras decenas de taxistas se rifan llevarte por menos de 5€ el viaje, entre todos.
1 Comentario
Las crêperies de la ciudad de Tánger son dignas de mención, en especial las de la zona de la medina.
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